Práctica 2. La canción de los lunes. Optativa
Nacimiento de Venus, Sandro Botticelli.
Nos encontramos ante un cuadro del Renacimiento realizado por Sandro Botticelli. En él encontramos que trata el tema mitológico: el nacimiento de Venus, en el que se nos relata como Saturno arranca los genitales de Urano y los lanza al mar, dando lugar a una espuma. De esa espuma de mar es de donde surge Venus.
Por tanto, se podría relacionar en cierta manera con el resultado de una metamorfosis que da como resultado a la diosa. Además, en el cuadro (parte superior izquierda) también aparece representado el dios del viento, Céfiro, asociado a la brisa que llevó a Venus a la costa. A la derecha encontramos a una de las Horas (representan las distintas estaciones del año) que se asocia con la primavera por el paisaje que se nos presenta.
De esta manera, podemos apreciar que el cuadro nos cuenta una historia presentándonos a los protagonistas para que nosotros reconstruyamos la historia que los une.
El cuadro desde un punto de vista técnico podemos encasillar este cuadro en el Renacimiento ya que encontramos la técnica de los paños mojados; es decir, sugiere la desnudez “enmascarada”, sin llegar a mostrarla. También encontramos una sensación de dinamismo (movimiento) frente al de esteticidad de la E. Media. Vemos una característica muy habitual, se trata de la simetría otorgada a través de una composición geométrica (disposición triangular) dando lugar a un efecto de profundidad (juega con la perspectiva). Así, encontramos la figura desnuda central y detrás el mar.
Si pensamos en esa geografía, el mar como símbolo de fecundidad, la presencia de esos árboles encontramos una naturaleza que parece ilustrar una porción de locus amoenus.
Por tanto, nos encontramos un retrato desnudo que emplea técnicas renacentistas haciendo uso de un tema mitológico.
Por otro lado, según la teoría platónica existen dos tipos de Venus: la Venus Pandémica y la Venus Celeste. Esto nos permite realizar dos tipos de interpretación de Venus.
Por un lado, la Venus Pandémica se dimensiona con la dimensión carnal del amor, mientras que, la Venus Celeste es de tipo espiritual, amor platónico, es decir, amor idealizado que no aspira a cumplirse.
Esta obra se puede relacionar con abundantes obras, por ejemplo, en clase la proyecté en la pizarra para explicar ciertas características del “Soneto XXIII” de Garcilaso, sin embargo, también puede ser relacionada con poemas posteriores. Por ejemplo, con el poema “¿Cuándo llegará el verano?” de Rafael Alberti
[¿CUÁNDO LLEGARÁ EL VERANO]
¿Cuándo llegará el verano?
¿Cuándo veré desde tierra,
amor, tu tienda de baños?
Vestida, en tu bañador
azul, hundirás el agua,
y saldrás desnuda, amor;
que el mar sabe lo que hace
para que te quiera yo.
¡Oh, tu cuerpo, henchido al viento,
desafiando la mar,
desafiando la playa, la playa, la mar, el cielo!
(Rafael Alberti, Marinero en tierra, 1924)
Este poema se relaciona con la interpretación de la Venus Pandémica ya que se realiza una imagen de ella desnuda y representa un deseo carnal. Se refleja en: “y saldrás desnuda, amor;/ que el mar sabe lo que hace/ para que te quiera yo”.
También se puede ver la descripción de la naturaleza de locus amoenus a través de la mención de elementos naturales como “mar”, “viento”, “playa”, “cielo” que se corresponden con los elementos que encontramos en el cuadro de Botticelli. Además, en este caso, también se puede encontrar una imagen de una metamorfosis, pero una metamorfosis distinta. Esto se refleja en los siguientes versos: “azul, hundirás el agua, / y saldrás desnudad, amor”. Quiere decir que la mujer entrará con su bañador azul (azul porque es del color del mar) y saldrá desnuda como nace Venus y como nos muestra el cuadro. De esta forma se potencia el deseo carnal de la Venus Pandémica.
Finalmente, en la tercera estrofa se representa la imagen de Céfiro a través del elemento del viento.
Por otro lado, también se puede relacionar a la Venus Celeste con otro poema: “Renacimiento de Venus” de Pedro Salinas.
RENACIMIENTO DE VENUS
Donde estuvo la nube ya no hay nube;
los ojos, que la piensan.
Absoluto celeste, azul unánime
sin ave, sin su anécdota.
[...]
Tanto sollozo en leve espuma acaba,
y la espuma en la arena.
Le basta un color solo a tanto espacio,
sin vela que disienta.
El mar va por el mar buscado azules
y a un azul los eleva.
[...]Aves, ondinas, callan, y de voces
vacío el aire dejan.
La dilatada anchura del silencio
de silencio se llena.
Es el vivir tan tenue, que no ata;
la cautiva se suelta.
Por las campiñas, ya, del puro ser
viene, va, se recrea.
Está el mundo tan limpio, que es espejo:
la escapada lo estrena.
Radiante mediodía. En él, el alma
se reconoce: esencia.
Segunda, y la mejor, surge del mar
la Venus verdadera.
(Pedro Salinas, El contemplado, 1946)
Finalmente, llegamos a la relación que este cuadro podría establecer con la música.
"Tercer Movimiento: Un Instante De Luz", Mayéutica, Robe Iniesta.
Nada después de tu mirada
Nada después de este instante de luz
solo una imagen congelada
Nada después de este instante, que tú
Ni un millón
de besos que te diera
de abrazos que te diera
de versos que te hiciera
Date prisa, métete en la cama
que el vis a vis se acaba
y empieza aquí
con esta flor, la primavera
Ojalá me muera
de repente, ahora
fruto de esta alegre sobredosis
que me da al tenerte justo enfrente ahora
y ya no necesito nada más
que tú queriendo descifrar
mi empeño por poner
un cielo azul aquí entre tanto trasto
Tú tratando de entender
qué he venido a buscar
perdí el gobierno de mis propios actos
Tú, capaz de adivinar
mensajes escondidos
en mis aullidos
bajo la luna llena
Tú haciéndome llegar
al límite, al deseo
Y ahora siento el cuerpo
Ahora es el momento
No quedan sombras del pasado
desde que te has acercado
Ahora todo es claridad
No quedan penas atrasadas
ni quedan puertas cerradas
ni nada que derribar
Nada después de tu mirada
Nada después de este instante de luz
solo una imagen congelada
Nada después de este instante, que tú
Ni un millón
ni de cataclismos
Date prisa, métete en la cama
que el vis a vis se acaba
y empieza aquí
con esta flor, la primavera
Y estoy harto de sobrevivir
el tiempo que no te veo
y ahora que tú te has pasado por aquí
y estoy en pleno apogeo
ojalá me muera de repente, ahora
fruto de esta alegre sobredosis
que me da al tenerte justo enfrente ahora
y ya no necesito nada más
que tú queriendo descifrar
mi empeño por poner
un cielo azul aquí entre tanto trasto
Tú tratando de entender
qué he venido a buscar
perdí el gobierno de mis propios actos
Tú, capaz de adivinar
mensajes escondidos
en mis aullidos
bajo la luna llena
Tú haciéndome llegar
al límite, al deseo
Y ahora siento el cuerpo
Ahora es el momento
Pongo rumbo a la locura
que me sabe a poco
andar a ras de suelo despacito
y he subido a tanta altura
que el cielo es poco
y solo tu mirada necesito
y has venido, me has mirado
y de repente se ha parado el tiempo
y ahora siento el cuerpo
Ahora es el momento
Au Au Au
si la luna brilla
Considero un error separar una parte del álbum al que pertenece ya que personalmente considero que es un álbum que hay que escuchar seguido y extrayendo una parte de él, no hago otra cosa que estropearlo. Sin embargo, para esta ocasión es importante.
He seleccionado este movimiento concretamente porque considero que es donde mejor se puede apreciar la relación con el cuadro.
Nada después de tu mirada
Nada después de este instante de luz
solo una imagen congelada
Nada después de este instante, que tú
Ni un millón
de besos que te diera
de abrazos que te diera
de versos que te hiciera
En el cuadro podemos apreciar el ideal de la belleza renacentista, como ya se ha dicho antes. Esto se puede relacionar con el momento inicial del enamoramiento, es decir, ese momento en el que amado ve por primera vez a amada y este se enamora locamente, por tanto, después de ese instante ya nada importa, todo desaparece y solo existe esa figura central (amada). Por eso, es un instante de luz, por eso se queda esa imagen guardada en el recuero y ya nada es suficiente, es decir, da igual la cantidad de besos que te, que van a ser pocos.
Date prisa, métete en la camaque el vis a vis se acabay empieza aquícon esta flor, la primavera
Ojalá me muerade repente, ahorafruto de esta alegre sobredosisque me da al tenerte justo enfrente ahoray ya no necesito nada más
Esta parte la podemos entender y relacionar con esa Venus Pandémica que hemos identificado en el poema donde manifiesta ese deseo carnal. Además, al igual que el cuadro, en este caso, también transcurre en primavera.
(…)
No se va a realizar un análisis completo de la canción, sin embargo, resaltar que el espacio en el que se desarrolla no es casual, no es casual el cielo azul (esos sentimientos le están aportando luz, claridad, por tanto, no puede ser un cielo gris o nublado) igual que en el Renacimiento también se perseguía esa claridad, ese ideal. Además, “Pongo rumbo a la locura”, es decir, tal es el ideal que tengo hacia la amada, que no solo es que todo lo demás no exista, no es que no necesite algo distinto a ella, sino que, además, soy consciente de que estoy literalmente perdiendo la cabeza por ti y me da igual.
Finalmente, concluir insistiendo en que en esta canción se pueden identificar una gran cantidad de elementos que se podrían relacionar perfectamente con los ideales renacentistas y también elementos que podrían ser perfectamente lo opuesto.
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