Práctica 6. Juegos de mesa

    

Jugar, qué palabra tan juguetona... Los juegos son herramientas que se han reservado únicamente para el ocio. ¿Pero qué pasa si los usamos en el aula? Pues que tenemos una nueva ventana de oportunidades abierta: podemos explicar y tratar nuevos conceptos y habilidades mediante juegos, siempre y cuando se adapten a los fines educativos. 

Ahora planteo esta pregunta: ¿se puede aprender jugando?

El otro día en clase tuvimos una clase bastante atípica, pero no por ello de mala calidad. Al contrario, fue una clase eminentemente práctica en la que jugamos con juegos que seguían la línea de la narrativa transmedia. Hubo una gran variedad de juegos: colaborativos, cooperativos, de rol, estratégicos, de azar... Podíamos jugar a tantos como quisiéramos o quedarnos jugando al mismo si la partida estaba muy interesante, como fue mi caso. 

The Goonies, nunca decimos muerto

Este juego de mesa es colaborativo, cooperativo, estratégico y de rol, puesto que hay cuatro jugadores que deben trabajar en conjunto para conseguir un objetivo común: conseguir el tesoro antes de que el personaje malvado (que curiosamente también es el narrador del juego) los atrape. Es un juego en el que los personajes se mueven por un tablero cuyo recorrido se va revelando a medida que los personajes van avanzando por el juego. Sus acciones están determinadas, en cierta medida, por el resultado de tirar los dados: pueden, así, avanzar, pelearse con los monstruos que aparecen, descubrir tesoros... Es un juego ideal para trabajar en equipo, idear una estrategia de juego y, sobre todo, de suerte.

Entonces, pare responder a la pregunta inicial, sí, se puede aprender jugando: aprender a dialogar, a conversar, a negociar, a escuchar, a tolerar la frustración cuando algo no sale como se espera...

Planteamos ahora tres preguntas más sobre los juegos de mesa:

-¿Qué juegos de mesas conoces o juegas habitualmente? ¿Recuerdas algún juego cuando estudiabas en el Instituto?

No conozco muchos juegos de mesa pero sí que he jugado a los tradicionales, como la Oca, el Parchís, juegos de cartas con la baraja española (el cinquillo, el solitario, el chinchón...). Dentro de los juegos de cartas, he jugado al UNO, al Virus y al Tic Tac Boum (un juego de decir palabras a partir de la sílaba que está escrita en la carta). He jugado a todos estos juegos en mi tiempo libre, puesto que en el Instituto nunca se planteó esta dinámica. 

-¿Qué uso le das o darías a los juegos de mesa en tus clases? ¿Puedes trabajar la lengua o la literatura?

El juego de The Gooblins lo usaría en el aula como una herramienta para potenciar las destrezas orales de producción (hablar) y de recepción (escuchar), puesto que al final, lo que predomina es el diálogo y la escucha activa. Además, se puede enfocar desde un punto de vista colaborativo, puesto que al final es necesaria la participación y la coordinación de todos los integrantes del equipo para ganar la partida. Dependiendo del tipo de juego que sea, se pueden tratar aspectos relativos a la lengua y a la literatura, pero en este caso, yo lo enfocaría más hacia el apartado lingüístico.

-Comenta algún juego de los vistos en clase u otro que conozcas y/o juegues habitualmente. 

Yo suelo jugar al UNO. Es un juego aparentemente sencillo cuyo objetivo es ser el primero en quedarse sin cartas. Para ello, tienes que echar una carta que coincida o bien con el color o con el número de la carta que está en el mazo; y si no puedes tirar nada, robas hasta que tengas una opción (esta última regla puede variar, pero en la versión que yo juego es así). Hay cartas especiales, como la de +2 y +4 (que "te chupas" dos o cuatro cartas del mazo general), de prohibido (pierdes un turno) y de cambio de sentido del orden de tirada. Se puede jugar de manera individual o por equipos. ¡Ojo! Es importante recordar que cuando te queda una carta en la mano, tienes que gritar "UNO"; de lo contrario, debes robar una carta. 

Dicho todo esto, considero que los juegos no solo son un simple pasatiempo, sino que, adecuándolos al contexto de uso, pueden servir para favorecer el desarrollo de competencias comunicativas y socioculturales.