Práctica 12. Parte 1. Constelación universo
1. Introducción
Como
ya adelantamos en la introducción, esta constelación literaria multimodal se
construye en torno a la figura de Luis Cernuda. A partir de ella se incluyen
todas aquellas referencias vinculadas con su vida, su obra, con las relaciones
intertextuales que se establecen con otros autores y épocas, así como otros
aspectos como manifestaciones culturales actuales o transmedia. Tal y como
apuntamos, el nodo central representa a Luis Cernuda, del cual surgen el resto
de conexiones y enlaces. El primer nivel de la constelación literaria está
formado por cuatro nodos principales: “Producción literaria”, “Vida privada y
contexto biográfico”, “Influencias y traducciones” y “Otras artes y referencias
culturales”.
Comenzaremos
a desarrollar el primer nivel llamado “Producción literaria”, compuesto por
cuatro apartados que recogen la poesía, la prosa, la crítica literaria y la
correspondencia mantenida por el autor con distintos escritores coetáneos. Por
lo que respecta a la poesía, se destaca La
realidad y el deseo publicada en 1936 por ser la obra que mejor representa
el conjunto y la esencia de su producción poética. En ella se encuentran
recogidos los poemas “A un poeta muerto F.G.L” inserto en Las nubes y “He venido para ver” recogido en Los placeres prohibidos. En este último poema, el símbolo de la
mariposa constituye una referencia intertextual con el álbum ilustrado Los amantes mariposa.
En
el nodo ‘Prosa’ encontramos diferentes obras del autor. Ocnos (1942) es un poemario en prosa en el que se puede apreciar
una gran influencia de sus poetas predilectos de la Antigüedad (Virgilio y
Teócrito) como, por ejemplo, en la descripción idealizada de la naturaleza, así
como de las ninfas y los dioses. Así en este fragmento se puede apreciar: “Poco a poco la copa del cielo se iba
llenando de un azul oscuro, por el que nadaban, tales copos de nieve, las
estrellas. De codos en la barandilla, era grato sentir la caricia de la brisa.
Y el perfume de la dama de noche, que comenzaba a despertar su denso aroma
nocturno, llegaba turbador, como el deseo que emana de un cuerpo joven, próximo
en la tiniebla estival”. Se manifiesta una naturaleza idealizada y animada,
con el cielo y las estrellas descritos de forma casi mágica y la brisa y los
aromas nocturnos adquieren una cualidad sensorial y espiritual que remite a la
atmósfera de los idilios de Teócrito y las églogas de Virgilio. Aunque no se
mencionan explícitamente ninfas o dioses, la presencia de lo divino y lo mítico
se insinúa en la sensualidad y la trascendencia de la experiencia natural,
evocando el mundo clásico y sus deidades tutelares del paisaje. Posteriormente,
llegamos a Tres narraciones en 1948, Variaciones sobre tema mexicano en 1952
y Relatos breves durante la Guerra
Civil en la revista Hora de España.
Por lo que respecta a su faceta como crítico literario, destaca Estudios sobre poesía española contemporánea
de 1957, en la que se aventura tanto con las Soledades de Antonio Machado como con el Romancero Gitano de Federico García Lorca. Y, finalmente, debemos
mencionar las cartas a Gerardo Diego, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca
y Valle-Inclán.
El
segundo nodo, denominado “Vida privada y contexto biográfico”, se divide en
cuatro partes principales: “Guerra Civil”, “Homosexualidad”, “Generación del
27” y “Colaboraciones”. Si bien Luis Cernuda estudió la carrera de abogacía, no
fue hasta la muerte de su padre cuando se inclinó por su vocación poética. Así,
sus primeras producciones lo llevaron a visitar la capital madrileña, donde se
abriría terreno en los círculos intelectuales, conociendo a autores tan
relevantes como Juan Ramón Jiménez.
El
yo poético de Luis Cernuda entronca con la tradición romántica en la que se
concibe al poeta como un individuo solitario capaz de expresar lo que otros no
pueden. En esta línea, su obra poética está influenciada, como comentaremos más
adelante, por autores alemanes como Novalis o escritores españoles como Adolfo
Gustavo Bécquer. El poeta es un sujeto “maldito” o “diferente”. En el caso de
Luis Cernuda, la condición de la diferencia viene determinada por su
homosexualidad, que marcará su poesía con un tono rebelde y una frustración
frente a la discriminación a la que está sometido por la sociedad. De hecho,
gracias a la recomendación de Pedro Salinas, las obras de André Gide –Pretextes, Nouveaux Pretextes, Morceaux
choisis y Corydon– contribuyeron
en la resolución de su orientación sexual, la cual reivindica abiertamente en Los placeres prohibidos. A raíz del
asesinato de Federico García Lorca, entre finales de 1936 y comienzos de 1937,
Luis Cernuda compuso una emotiva elegía en su memoria, titulada “A un poeta
muerto (F.G.L.)”. Cuando el poema se publicó por primera vez en el número VI de
la revista Hora de España, en junio
de 1937, tuvo que omitir la sexta estrofa, que aludía a la homosexualidad. Esta
censura fue impuesta por Wenceslao Roces, quien entonces ocupaba el cargo de
subsecretario en el Ministerio de Instrucción Pública de la República. El poema
no vio la luz hasta 1940, cuando se incluyó en Las nubes, parte de la segunda edición de La realidad y el deseo. Sin embargo, reconoce que su condición sexual
no fue el obstáculo principal de su vida, sino el hecho de ser español, porque
no podía formar parte de una sociedad que había sometido el respeto y el libre
albedrío al dogma vigente.
Cernuda
colaboró antes de su exilio en diferentes revistas españolas, entre ellas: Revista de Occidente, fundada por Ortega
y Gasset, fue una de las principales revistas culturales e intelectuales del
país; Litoral, editada en Málaga y
vinculada estrechamente a la Generación del 27, fue un medio importante para
poetas como Luis Cernuda, Federico García Lorca y Rafael Alberti; Mediodía, revista sevillana en la que
colaboró en sus primeros años como poeta; y, finalmente, Hora de España, publicación fundada por Cernuda junto con Juan
Gil-Albert y Rafael Alberti y vinculada al gobierno republicano durante la
Guerra Civil, en la que publicó su elegía a Lorca.
Debido
al estallido de la Guerra Civil, el autor tuvo que exiliarse en diferentes
geografías. En Inglaterra, impartió clases de literatura en Cranleigh School,
donde comenzó a aprender inglés y a leer clásicos como W. Blake y John Keats en
su idioma original, actividad que le capacitó para su futura labor como
traductor. Más tarde, emigraría hacia el norte, tras aceptar un puesto de
lector en la Universidad de Glasgow (1939-1943). En 1943, firmó un contrato en
la Universidad de Cambridge, que duraría hasta 1945, para empezar a trabajar en
el Instituto Español de Londres. Sin embargo, renunciaría a su puesto fijo en
esta institución en septiembre de 1947, ya que su amiga Concha de Albornoz le
ofreció un puesto con mejores ingresos en el Mount Holyoke College de
Massachusetts. Más tarde, viajó por primera vez a México y en 1952 decidió
trasladarse definitivamente a este país, donde impartió clases de teatro
español y francés del siglo XVII desde 1954 hasta 1960 en la Universidad
Nacional Autónoma de México. Tras salir a la calle y escuchar la lengua propia
de la que tantos años había vivido alejado, se fortaleció su sentimiento de
pertenencia a la lengua española, lo que le llevó a identificar un nexo común
entre lengua materna-identidad-poesía-conciencia. Así lo establece en “La
Lengua”, el poema con que inicia Variaciones
sobre tema mexicano: «Sentí cómo sin interrupción continuaba mi vida en
ella por el mundo exterior, ya que por el interior no había dejado de sonar en
todos aquellos años». Si bien regresó a Estados Unidos en más de una ocasión,
el poeta acabó muriendo finalmente en México en 1963.
En
el tercer nodo, denominado “Influencias y traducciones”, se recogen algunas de
las influencias que más marcaron al poeta, así como las traducciones que aportó
al marco literario. Dicho esto, Luis Cernuda forjó su estilo a partir de una
rica red de influencias literarias. Admiró profundamente a los poetas
románticos europeos como John Keats y Friedrich Hölderlin, cuyas obras le
inspiraron una visión idealista y emocional de la poesía. También sintió una
especial conexión con la tradición lírica española, particularmente con Gustavo
Adolfo Bécquer y con Garcilaso de la Vega, de quienes heredó una sensibilidad
melódica y un tono elegíaco que se perciben en muchos de sus versos.
Entre sus contemporáneos, Cernuda
tuvo en alta estima a Juan Ramón Jiménez. De él aprendió la importancia de
perseguir la pureza poética, eliminando lo superfluo y centrando su escritura
en lo esencial y duradero. Otra figura clave en su evolución poética fue el
británico T. S. Eliot, cuya influencia se manifiesta en la introducción de una
poesía más reflexiva e intelectual. Eliot le enseñó a conjugar el lenguaje
escrito con el hablado y a buscar una armonía que permitiera al poema pensar
sin perder su musicalidad.
Además de ser poeta, Luis Cernuda
fue un destacado traductor, especialmente de poesía francesa e inglesa. Su
primera traducción conocida fue una serie de seis poemas del surrealista Paul
Éluard, titulada El amor la poesía,
publicada en 1929 en la revista Litoral.
Esta experiencia marcó el inicio de una fructífera labor traductora.
Más adelante, comenzó a traducir
poesía inglesa. La traducción de dos sonetos de William Wordsworth supuso el
reconocimiento de su labor como traductor. A lo largo de los años, vertió al
español poemas de autores fundamentales como William Blake, John Keats y W. B.
Yeats, trabajos que reunió en su libro Poesía
y literatura (1960). También tradujo obras teatrales, como Troilo y Crésida, de William
Shakespeare, en 1953. A través de estas traducciones, Cernuda no solo difundió
la obra de grandes autores extranjeros, sino que también enriqueció su propia
escritura, dialogando constantemente con otras voces literarias.
Finalmente, el cuarto nudo, “Otras artes y
referencias culturales”, aborda cómo la figura de Luis Cernuda ha trascendido la
palabra escrita para convertirse en un referente cultural proyectado a través
de múltiples lenguajes artísticos y formatos contemporáneos. Esta sección se
estructura en seis grandes apartados que muestran su presencia viva más allá
del canon literario, su representación en medios audiovisuales, su influencia
en la música, cómics y novelas gráficas, arte urbano, memoria patrimonial en Sevilla
y celebraciones culturales institucionales.
En
primer lugar, los medios audiovisuales han desempeñado un papel fundamental en
la difusión y reinterpretación de su figura. Entre los trabajos más destacados
se encuentra Luis Cernuda. El habitante
del olvido, documental dirigido por Adolfo Dufour. Esta obra se caracteriza
por su narrativa singular, compuesta exclusivamente por textos y poemas del
propio Cernuda, sin voces externas. A través de su palabra, el poeta
reconstruye su vida, su infancia, su exilio, la soledad, el amor, el desamor y
su identidad homosexual, temas vertebrales en su obra. La inclusión de
referencias a su amor por el cine y el jazz ofrece una mirada más íntima y
completa sobre su universo personal. Otro documental relevante sobre la
Generación 27 es La luz y la palabra,
producido por Canal Sur, que ofrece una panorámica del grupo al que perteneció
Cernuda. Se recuerda la histórica reunión de poetas en Sevilla en 1927 y se
analiza el impacto cultural del movimiento, así como las consecuencias del
exilio tras la Guerra Civil. En este contexto, la figura de Cernuda se enmarca
en una red de creadores que transformaron la literatura española del siglo XX.
También destaca Realidad: el exilio real,
producido por la UNED con motivo del centenario del nacimiento del poeta, el
cual se centra específicamente en su experiencia del exilio político. A través
de una mirada crítica y académica, el documental indaga en cómo la vivencia del
desarraigo marcó profundamente su escritura, reforzando su exploración
constante del deseo, la identidad y la memoria. Por último, México, final de dos amores, dirigido
por Rosa Teixidor, aborda los últimos años del poeta en México, su país de
acogida. La producción se detiene especialmente en su obra tardía, con libros
como Donde habite el olvido y Poemas para un cuerpo, y pone el foco en
la honestidad con que Cernuda abordó su homosexualidad, reafirmándolo como una
figura de resistencia poética y libertad individual.
En
relación con su influencia en el cine y la televisión, cabría mencionar su
repercusión en obras de teatro y performances poéticas que se han producido y
representado tanto en España, su país natal, como en México, su país de
acogida. A modo de ejemplo se ha seleccionado Memoria de un olvido. Cernuda (1902-1963), un espectáculo escénico
dirigido por José Luis Gómez que recorre la vida de Cernuda, su exilio y su
obra, utilizando la palabra, la música y las imágenes para crear un retrato
impresionista del poeta, y evocando su tránsito vital y artístico a través de
sus versos y su voz. El montaje se estrenó en el Teatro de La Abadía y realizó
giras por varias ciudades españolas.
En
segundo lugar, aunque no existe una novela gráfica dedicada exclusivamente a
Cernuda, su figura aparece en obras ilustradas centradas en la Generación del
27, como La vanguardia es una mujer,
de Carla Berrocal. Estas producciones, pensadas para divulgar la historia
cultural del siglo XX a públicos más amplios, permiten reinsertar a Cernuda en
una red intertextual de voces que reivindican la modernidad, el pensamiento
libre y la diversidad.
En tercer lugar, el espacio urbano
también ha servido como escenario para homenajear al poeta. En Madrid, un mural
dedicado a Cernuda en el entorno del Colegio Público que lleva su nombre fue
realizado en 2023 como parte del programa internacional Asphalt Art, promovido por Bloomberg Philanthropies. Esta
intervención revitaliza el espacio educativo integrando su figura en la vida
cotidiana del barrio. En Sevilla, su ciudad natal, es común encontrar grafitis
espontáneos, plantillas y mensajes que aluden al poeta en muros del centro
urbano. A nivel institucional, la Diputación de Sevilla encargó al escultor
Miguel García Delgado una serie de bustos en bronce distribuidos por distintos
municipios andaluces, reafirmando su presencia en el paisaje cultural y social.
El
cuarto apartado aborda el reconocimiento patrimonial en Sevilla, ciudad que ha
asumido activamente la preservación de su legado. Su casa natal en la calle
Acetres nº 6, declarada Bien de Interés Cultural, está siendo transformada en
museo y centro de interpretación. Además, existen rutas literarias organizadas
por entidades como el Ateneo de Sevilla, que recorren los lugares cernudianos
más significativos, como la Puerta de Jerez, la Plaza del Pan o el Jardín de
Cristina. La ciudad también ha incorporado su nombre en placas y calles,
reforzando su papel como símbolo cultural sevillano.
El quinto apartado destaca la
celebración de festivales y actividades culturales que han tenido a Luis
Cernuda como eje. El Festival Internacional de Poesía de Sevilla ha dedicado
varias ediciones a su figura, con recitales, mesas redondas y lecturas públicas.
En 2022, el Ayuntamiento organizó unas jornadas conmemorativas en el marco de
su 120 aniversario, coordinadas por el escritor Antonio Rivero Taravillo. Actos
escénicos como el recital poético de María Galiana, acompañado por el
guitarrista José Torres Vicente, o la obra Entre
la realidad y el deseo, inspirada en su participación en las Misiones
Pedagógicas, confirman la continua reinterpretación artística de su figura.
Asimismo, instituciones como el Centro Andaluz de las Letras han producido
exposiciones itinerantes para acercar su obra a nuevos públicos, reforzando su
vigencia cultural y su estatura poética.
Del mismo modo, el Instituto Cervantes
y la Biblioteca Nacional de España han organizado exposiciones y ciclos de
conferencias en su honor. También Correos de España ha rendido homenaje a su
figura en alguna ocasión. Concretamente, en 2002 emitió un sello conmemorativo
dedicado a Luis Cernuda con motivo del centenario de su nacimiento. Este sello
forma parte de la serie “Centenarios” y muestra un retrato del poeta sevillano
con la Puerta del León del Real Alcázar de Sevilla de fondo, en homenaje a su
ciudad natal. La emisión reconoce la relevancia de Cernuda como figura
fundamental de la poesía española del siglo XX y recuerda su trayectoria vital,
marcada por el exilio tras la Guerra Civil y su aportación literaria a la
Generación del 27. Asimismo, su vida y exilio han sido objeto de exposiciones
fotográficas. Como muestra de ello se ha considerado la exposición permanente y
virtual sobre la vida y obra de Cernuda que se ha realizado en la Residencia de
Estudiantes de Madrid prestando especial atención a su etapa mexicana. La sección dedicada a México recoge
fotografías, documentos y
objetos personales del poeta durante su residencia en la casa de Concha Méndez en Coyoacán, así como materiales
relacionados con su actividad literaria y académica en la UNAM y
El Colegio de México.
En último lugar, cabe destacar la
repercusión del poeta en el panorama musical español contemporáneo. Las
canciones de Paco Ibáñez o Joaquín Sabina son un claro ejemplo de dicha
influencia. La relación entre las canciones de este último y Luis Cernuda es
principalmente intertextual y de homenaje literario. Sabina ha reconocido
explícitamente la influencia de Cernuda en su obra, especialmente en la canción
“Donde habita el olvido”, cuyo título toma prestado del célebre poema homónimo
de Cernuda (que a su vez dialoga con un verso de Bécquer). En esta canción,
Sabina mantiene el concepto central del olvido y la pérdida amorosa,
reinterpretándolo en clave personal y contemporánea.
En definitiva, este nodo demuestra
cómo la memoria de Luis Cernuda ha sido proyectada desde múltiples lenguajes y
formatos, y cómo su palabra poética sigue interpelando, emocionando y
dialogando con el presente desde la pantalla, la calle, el papel, el aula y el
escenario.
Con todo, compartimos la imagen que corresponde a esta constelación multimodal que hemos diseñado, si bien se recomienda utilizar el siguiente enlace para navegar con completa autonomía y disfrutar de una alta calidad de la imagen.
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