Práctica 14. ¿Qué hemos aprendido?
Si
bien puede sonar grosero, se nos ha dejado la máxima libertad para hacer una
reflexión personal sobre la contribución de esta asignatura en nuestra
formación. Considero que uno de los puntos positivos ha sido la personalidad de
los profesores, especialmente la personalidad friki de Rovira. No digo esto con
ánimo de ofender, sino todo lo contrario. En un aula de Universidad, estamos
acostumbrados a asistir a clases con un carácter marcadamente académico. Tener
un tipo de personalidad no tiene por qué traducirse en una falta de
profesionalidad. Por eso, es enriquecedor –y, al mismo tiempo, motivador– que
una persona pueda impartir clases sin tener que renunciar a su personalidad. Es
un aprendizaje indirecto que, aunque no ha sido propuesto por el profesorado,
alienta al alumnado –o, al menos, a mí– a no renegar de mi forma de ser cuando
ponga un pie en el aula.
Por
otra parte, conviene destacar el carácter intertextual, puesto que hemos jugado
a descubrir conexiones más allá de lo estrictamente literario, como con la
biografía literaria gráfica o la canción de los lunes. De hecho, la
intertextualidad ha sido una de las premisas para realizar una de las
principales prácticas de la asignatura: la constelación multimodal. En este
sentido, establecer relaciones a partir de un autor (por ejemplo) beneficia el
aprendizaje de esa figura literaria y, además, invita a reflexionar acerca de
su trascendencia en el contexto social actual.
Además,
la asignatura también enseña los beneficios de integrar la inteligencia
artificial en el aula. Escapa de demonizar las herramientas digitales y
etiquetarlas como un retroceso del aprendizaje. No obstante, es cierto que han
faltado sesiones sobre cómo trasladar la inteligencia artificial al aula,
porque se me hace difícil concebir cómo desarrollar el pensamiento crítico del
alumnado con el uso de una inteligencia artificial siempre que mande una tarea
para casa.
Por
su parte, emplear el blog como estrategia metodológica y actividad de
evaluación exige al alumnado llevar un control sobre su propio aprendizaje,
organizándose para publicar con regularidad las entradas obligatorias y
convirtiéndose en agente directo del proceso educativo. Es una manera de
asegurar que se cumplen los objetivos de aprendizaje.
En
definitiva, son muchos los aprendizajes que me llevo de esta asignatura. Ahora
falta ponerlos en práctica 😉
Comentarios
Publicar un comentario