Práctica 10: La educación en 2030. ChatGPT
LA EDUCACIÓN EN 2050
Explorar cómo será la educación en 2050 a través de un relato creado con ChatGPT. Este ejercicio me ha permitido reflexionar sobre la colaboración entre humanos y máquinas en la escritura. Presento la versión inicial del relato, que describe un futuro educativo conectado y global. Aquí se plantean las bases de la historia y los personajes principales.
Relato original:
En el año 2050, las aulas ya no tienen paredes. Cada estudiante aprende desde su espacio personal, conectado a una red de conocimiento planetaria. Las escuelas son nodos virtuales donde se mezclan culturas, idiomas y edades. Lía, una joven de 14 años, comienza su jornada con su asistente de aprendizaje, una IA empática que adapta las materias según sus emociones y ritmos. Hoy ha dormido mal, así que la IA le sugiere empezar el día con una clase de arte, para que pueda relajarse antes de enfrentarse a las matemáticas cuánticas. La evaluación ya no es un examen, sino una conversación. Los aprendizajes se validan con proyectos reales, colaboraciones intercontinentales y retos ecológicos. La educación ya no se basa en recordar, sino en crear y transformar. Pero no todo es perfecto. A pesar del acceso global, aún existen desigualdades digitales. Algunos niños, como Amadou en el Sahel, dependen de paneles solares para conectarse unas pocas horas al día. La utopía aún es parcial. Sin embargo, los jóvenes del 2050 no creen en imposibles. Son aprendices permanentes, soñadores prácticos. Para ellos, educar no es enseñar, sino acompañar. Y en ese viaje, la tecnología es brújula, pero el corazón es el mapa.
El proceso para mejorar el relato a partir de preguntas específicas, fui pidiendo a ChatGPT que hiciera el texto más emocional y sensorial. Cada cambio acercó el relato a una experiencia más humana y literaria.
La versión mejorada es:
En el año 2050, las aulas ya no tienen paredes ni pizarras. Cada estudiante aprende desde su propio refugio, un espacio donde el aire huele a lavanda y las luces se adaptan al ritmo de sus pensamientos. La red de conocimiento que une al mundo pulsa suave, como un latido constante que invita a descubrir.
Lía, de 14 años, despierta lentamente en su cápsula, envuelta en la calidez de una manta inteligente que regula su temperatura. Aún siente el eco del sueño en su pecho, un latido pausado que contrasta con la velocidad del mundo digital que la rodea.
Su asistente de aprendizaje, una presencia luminosa con voz dulce y cercana, la saluda con un susurro:
—Hoy el arte será tu primer compañero, Lía. Deja que los colores hablen por ti —dice, mientras la luz azulada del entorno se vuelve cálida y acogedora.
Ella sonríe, sintiendo un cosquilleo en los dedos al tocar la mesa holográfica donde comenzará a pintar. El aroma sutil de madera y pintura virtual le recuerda tardes de infancia con su abuela.
Aunque el silencio domina la habitación, Lía añora el bullicio de un patio lleno de risas y pasos apresurados. A veces la conexión con sus compañeros parece intangible, un suspiro detrás de una pantalla, y eso la hace sentir un leve vacío en el pecho.
Pero sabe que su voz viaja kilómetros en segundos, que sus ideas resuenan en Japón, Brasil o Kenia, en un intercambio constante y vibrante. Ayer, el murmullo digital de una amiga japonesa que explicaba las mareas se mezcló con la fragancia fresca de un bosque imaginario que creó en su proyecto.
La evaluación ya no es una fría prueba, sino un diálogo enriquecedor. Los logros se sienten en la piel al ver sus proyectos transformar paisajes, mientras la tierra susurra agradecida.
No todo es perfecto. Al pensar en Amadou, que sólo puede conectarse cuando el sol despierta, Lía siente una punzada. La distancia y la tecnología no siempre pueden salvar lo que falta.
Pero, a pesar de todo, su corazón se llena de esperanza. Porque en ese futuro que a veces pesa, la educación es un abrazo que cruza continentes, una luz que guía y un sueño que se construye día a día.
A. ¿Conoces la herramientas de ChatGPT? ¿Qué opinas del uso de la IA en Educación?
Conozco ChatGPT y he usado esta herramienta para la práctica. Creo que la IA en educación puede ser muy útil como apoyo para la creatividad, el aprendizaje personalizado y la motivación, aunque siempre debe usarse con responsabilidad y supervisión humana.
B. ¿Ha sido difícil su uso? Comenta si te ha ayudado o te ha dificultado el trabajo.
El uso de ChatGPT ha sido sencillo e intuitivo. Me ha ayudado mucho al ofrecer ideas rápidas, mejorar el estilo y enriquecer el relato, facilitando el proceso creativo sin complicarlo.
C. El relato que has obtenido ¿es similar al que tú hubieras escrito?
No, el relato final no es exactamente similar a lo que yo hubiera escrito inicialmente. La IA aportó ideas, imágenes y emociones que no había considerado, lo que enriqueció y amplió mi visión original. Por eso lo considero más una coautoría que un texto puramente mío.
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